Despues de los dias de descanso merecidos en la isla de Cat Ba estabamos ansiosos por comenzar nuestra etapa en bicicleta. Este impetu se vio un poco frenado por el coletazo del ciclon que arraso Filipinas, del que fuimos victimas de sus ultimas lluvias, y del relieve montanoso de esta parte de vietnam.
Aun asi asumimos que todo esto forma parte de nuestro viaje y no nos ha
impedido disfrutar de unas vistas y unos lugares impresionantes...
asi como
de empaparnos un poco de la forma de vida del Vietnam rural...
aunque a veces tengamos que pagar un alto precio.
Nuestro contacto con los vietnamitas ha sido un poco extrano, practicamente resulta imposible comunicarse simplemente para pedir agua, un precio o una direccion. Son gente fria y poco expresiva seguramente debido a que es una zona rural, montanosa y bastante aislada, cosa que nos ha extranado.
Hemos encontrado muy buena gente que nos ha invitado a te o a cenar y camioneros que nos han recogido por los caminos, pero tambien todo lo contrario.
La gente alucina al vernos, como si fuesemos autenticos marcianos.
Los mejores son los ninos, siempre con la sonrisa, sin pizca de maldad, diciendo "hello" y siguendonos alla donde vamos.
Carretera en hora punta a la entrada del colegio...
Un entorno magnifico, rios con aguas turbias, vegetación, puentes colgantes, sombreros vietnamitas que se asoman en los arrozales, nubes, humedad, pequeños pueblos donde todos miran, mercados, una parada, un cafe, buena carretera y buenas cuestas...
De todo menos perros. Este fue el dia en que descubrimos por que los perros no ladran, no grunen, no se tiran a las bicis, tienen cara de pena y estan bien alimentados. Por suerte su carne es mas cara que la del pollo asi que es bastante poco probable que hayamos introducido una especie mas a muestra gastronomia.
"Para los que sean un poco reacios a probar la carne canina, tenemos en oferta un delicioso licor, parecido al patxaran pero con unas endrinas un tanto extranas".
Pobres perritos...
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